Gracias 2015

Este año comenzó como una gran pausa en mi vida. Siguió a un momento de crisis en el que tomé decisiones difíciles y me vi en la necesidad de dejar todo en stand by por un tiempo para luego volver a empezar de nuevo. La verdad es que transcurrió como me lo imaginé: no hubo muchos altos y bajos, pude descansar y trabajar, también leer y escuchar mucha música nueva. A veces me aburrí, sintiéndome sola en esta ciudad en la que llueve casi 300 días al año y está más o menos al final del mundo, y otras veces me entretuve viajando a pequeños pueblos o disfrutando diez veces más las oportunidades que tenía de ver a mis amigos. 

La mayoría de cosas que sucedieron este año, las pude predecir, pero hay otras que no habría imaginado hace 12 meses. Lo primero, es que he cambiado mucho como persona, interiormente. Me he vuelto más agradecida, más positiva y creo que más visionaria. Siempre he tendido a estar triste, quizás porque soy híper sensible y todo me conmueve y también porque la ira no efervesce demasiado en mí, tampoco el conflicto por lo que me acostumbraba a estar triste y como que se me pegaban las penas, sin embargo, luego de la pena más grande que hasta ahora llegué a sentir, me dí cuenta de que la felicidad no era un estado etéreo que le ocurre a los afortunados. Es mucho más sencillo que eso: la felicidad es una decisión, como casi todo en la vida. Y poco a poco he ido tomando la decisión de ser feliz mediante otras pequeñas decisiones que me encaminan hacia las cosas que amo y disfruto. 

Quiero hacer algunos agradecimientos: 

En primer lugar, quiero dar las gracias al fracaso; esa palabra a la que todos tememos tanto. Gracias porque experimentarlo profundamente ha sido una de las mejores lecciones de vida que he tenido, porque aprendí que soy de las personas que se pueden levantar y sobre todo, que luego de tocar fondo afloran con fuerza el sentido de uno mismo y la creatividad. 

Gracias también a mi círculo cercano de personas, porque todos me apoyaron aún cuando soy plenamente consciente de que no todos entendieron mi decisión. Si alguno de ellos llegara a leer esto, lo importante es dejar claro que por primera vez en la vida tengo la certeza de que no me arrepiento de nada. También doy gracias por mis amigos cercanos y porque siempre tuve a alguien con quién conversar, siempre tuve a alguien que genuinamente estuviera interesado en lo que me estaba pasando y de todas las cosas que tengo, esa es probablemente la más bella. 

Finalmente, gracias a todas las oportunidades que se me presentaron. Pude trabajar y con ello ser relativamente independiente. Sentí la libertad que viene aparejada con eso, el hecho de no ser tanta carga para otras personas. También gracias al trabajo conocí lugares y personas, luché contra el despertador en las mañanas y me perdí sola en pueblos en los que nunca había estado, pero siempre todo salió bien. Soy mucho más grande que hace un año. Estoy muchísimo más a cargo de mí misma y entendí que todos los días son largos si nos levantamos temprano.

Fue un buen año y espero que el próximo sea mejor. No le pido a la vida que sea fácil; con las decisiones que tomé probablemente va a ser más difícil, pero si logro conservar todos los regalos que hasta ahora tengo no dudo que saldré victoriosa. Algunos me han dicho que soy valiente al haber hecho lo que hice y la verdad no sé si es cierto; nunca me he sentido valiente, simplemente me cansé de vivir para complacer al resto. 

María Luisa.