Vieja Chica {Un post desde el pasado}


Voy a escribir sobre algo que me está sucediendo actualmente, pero no lo publicaré sino hasta más o menos un año después, de forma que si estás leyendo esto, estas viajando atrás en el tiempo un poquito conmigo.

No lo publico en el momento porque en general me gusta madurar los pensamientos y emociones, y porque no quiero que suena como una queja o un arrepentimiento, pero sí he considerado que es algo que debería tener en cuenta, y aunque no lo comente con nadie en el momento creo que es algo que no debería guardar para siempre y en una de esas, a otras personas o potenciales lectores les pasan cosas similares. 

En general, en mi vida, siempre tuve la sensación, o incluso por un tiempo la convicción de que no podía equivocarme. "Cagarla" era un lujo que simplemente no podía darme porque las segundas oportunidades eran para gente con mucho tiempo o con mucho dinero. Crecí rodeada de adultos, mis padres podrían literalmente ser mis abuelos, por lo que la gente que me rodea es mucho mayor que yo. Supongo que eso me hizo ser siempre un poco mas madura, o con una perspectiva más "adulta" de la vida. En palabras simples y chilenas, creo que fui educada, tanto por el contexto como por los valores y obligaciones, como una vieja chica. 

Lo anterior, como todo, tiene su lado bueno y su lado malo. La gente recomienda centrarse en lo bueno, pero en este momento yo quiero centrarme en lo malo, porque las cosas buenas las tengo bien claras y no es divertido hablar de ellas. Como vieja chica que he sido (y que intento dejar de ser) siempre he tratado de tomar la decisión madura, seria, responsable, prudente. Casi ni dudaba que las cosas pudiesen ser de otra forma para mi. Es como he sido educada y como se supone también, que es mi personalidad. Además, como ya dije, "cagarla" no es (era) opción para mi (en la mayoría de las cosas, porque este post no es acerca de haberme equivocado de carrera). Además, creo que una de las cosas que más me molestan en la vida, es que la gente no me tome en serio. 

La cosa es: ¿Por qué alguien de 21 años sin experiencia en nada debería ser tomada tan en serio? Mi miedo a equivocarme, creo que ha producido que me auto convenza de que efectivamente no me equivoco al afrontar una situación complicada (obviamente en el resto de las cosas de la vida sí, como todos. Sobre todo en las pruebas de matemática). Con esto no quiero decir que los jóvenes seamos payasos inútiles, pero al menos yo he comenzado a aceptar que a veces cuando creo haber refllexionado acerca de algo, en realidad no tengo la mas mínima idea de lo que estoy haciendo. 

¿Y saben qué? ESTÁ BIEN. Está bien meter la pata y tomar malas decisiones, o responder a preguntas "importantes" de manera poco afortunada. Está bien parecer imprudente, o demasiado exigente, o alguien que no tiene idea de lo que quiere. Porque básicamente, muchas veces es la realidad. Y he pasado las últimas dos semanas reprochándome el haber arruinado una oportunidad por todos los factores que acabo de mencionar, diciéndome que soy estúpida o demasiado ambiciosa y sintiéndome pésimo conmigo misma por no haber concretado algo que de verdad deseaba. Ya pasó y no puedo hacer nada para cambiarlo. Lo único que puedo (y debo) hacer, es dejar de repetir las mismas palabras autoflagelantes en mi mente y aceptar que es normal y está bien. Que soy joven y a veces estúpida (en el sentido natural en el que todos podemos ser estúpidos), que las buenas decisiones la mayoría de las veces requieren experiencia y un montón de buenos consejos, que de todas formas aprendí algo y que esto no me impide seguir avanzando con mi vida. 

Concretamente, de esta "embarrada" que me mandé, concluyo:
1. Ante una buena oportunidad, cualquiera que sea, lo mejor es decir SÍ, sin oponer peros
2. La experiencia personal no es lo único que sirve para dar consejos. A veces es mejor salir de uno mismo y mirar la situación desde arriba, porque lo que hemos vivido nunca será lo mismo que está viviendo otra persona. 
3. No hay que dar por sentado algo que nos han ofrecido pero no ha sido concretado. La champaña no se destapa por anticipado. 
4. Está bien ser inexperto/a equivocarse, usar las palabras incorrectas, pedir lo imposible. De eso se trata ser joven. 

Paradójicamente, trato de sentirme más joven y de aceptar que mis errores son válidos, y que al mismo tiempo, afirmar lo anterior implica un poquito de crecimiento.

*Imagen obtenida en Pinterest

María Luisa.


3 comentarios

  1. Que brígido todo lo que te pasó hace un año y que brígido leerlo un año después. Me cae la teja super pesado porque yo igual me crié en una familia adulta y además soy la "nieta mayor" y no se me permite equivocarme. Equivocarme, ser rebelde, no es una (o era) opción para mí.
    Hace poco me di cuenta que esa etapa de rebeldía que todos pasamos en el colegio yo la estoy viviendo en tercero de universidad xd y aunque dudo mucho antes de cagarla, igual disfruto caleta la sensación de desilusionar a alguien (cosa muy rara por lo demás) o de hacer algo inesperado en mi. Quizás esto se haga costumbre, quizás vuelva a ser igual que antes, lo importante es que podamos librarnos de ciertas ataduras que finalmente son ficciones no más.
    Muchos besitos y abrazos, que rico pasar por tu blog de nuevo <3

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  2. wow... ¿Te cuento algo? tu post lo he leído en el momento justo de mi vida. Necesitaba algo como eso...
    saludos y espero que todo haya mejorado :)

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  3. Hola María Luisa! primera vez que visito tu blog y me gustó mucho, me identifiqué mucho con este post porque también siento la presión de no poder equivocarme y bleh :( intento controlarlo pero a veces me dan mis bajones. Espero que estés mucho mejor, saludos.

    Fran

    https://francisjaa.blogspot.com

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